La celebración de la saltadora china Wu Minxia tras ganar su tercer oro olímpico se vio truncada al comunicarle su familia varios sucesos familiares que le habían ocultado en los últimos años. En concreto. Wu no había sido informada de la muerte de sus abuelos y también que su madre lleva luchando ochos años contra un cáncer.
Wu Minxia, quien a sus 26 años se ha convertido en la primera saltadora de la historia de los Juegos Olímpicos en lograr el oro en tres de esas citas consecutivas, ha vivido completamente aislada durante los últimos años para preparar estos Juegos Olímpicos.
Esta medida ha sido justificada por sus propios padres. Wu Jueming, su padre, aseguró al diario Shanghai Daily que "nunca hablamos de asuntos familiares con nuestra hija", aunque admite que fue difícil mantener estos secretos. Por su parte, su madre defendió la decisión de mantener su lucha contra el cáncer de mama en secreto y admitió que solo se abordó ahora que ya está controlado.
Esta historia de la familia de Wu ha generado una enorme discusión en China, donde ya no se entiende tanto la búsqueda del éxito deportivo que con tanto celo ha sido respaldado por el propio gobierno en las últimas dos décadas. Sin embargo, la gente se resigna y mientras China sigue dominando el medallero es poco probable que haya algún cambio significativo en un sistema que se considera con orgullo dentro de los círculos políticos chinos.
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