martes, 12 de junio de 2012

Ceguera facial,no cool.



La propopagnosia es una condición caracterizada por la incapacidad de identificar las caras, también conocida como ceguera facial.
Imagina no poder identificar las caras de tus seres queridos, de pasar por engreída por no saludar a la vecina en el estacionamiento. Esas son algunas de las múltiples dificultades sociales que experimentan los que padecen de esta enfermedad, conocida por pocos, llamada Prosopagnosia.
Aquellos que la padecen tienen dificultades para reconocer desde amigos cercanos, familiares y hasta a ellos mismos. El término Prosopagnosia fue utilizado en 1947 por primera vez por el doctor Joachim Boadamer, pero todavía es considerada una enfermedad poco investigada, prueba de esto es que no fue hasta junio del 2006 que se llevaron a cabo los primeros estudios profundos de la enfermedad. El análisis fue realizado por el Dr. Thomas Grüter y otros científicos alemanes, los resultados fueron publicados en el American Journal de medicina genética. 
Dos versiones
Según la investigación existen dos tipos de prosopagnosia: la adquirida, más fácil de diagnosticar, donde a causa de un daño neurológico -como un derrame cerebral- las personas desarrollan la condición luego de llevar una vida normal. Los primeros casos registrados fueron de soldados heridos en el cerebro durante la Segunda Guerra Mundial. La prosopagnosia congénita viene relacionada al autismo. El o la afectada entiende que su incapacidad de reconocer las caras es meramente una falla de su personalidad, clasificándose como una persona despistada o introvertida. Debido a que es una condición innata, el que la padece no lo percibe como un comportamiento extraño en su cuerpo y por ende, no busca ayuda médica para la enfermedad.
¿Cómo tratarla?
Aún no existe un tratamiento médico para la condición, incluso todavía es desconocido para los científicos qué la causa exactamente, en el caso de la prosopagnosia congénita.
Para lidiar con la enfermedad se crean estrategias de aprendizaje en la que los afectados se fijan en rasgos distintivos de las demás personas como peinados, características exageradas, estilos de ropa, lunares... Obviamente, si alguno de estos rasgos es alterado se convierte en imposible de identificar a cualquier persona. Más que una solución permanente los afectados aprenden a convivir con la incapacidad, valiéndose de recursos distintivos de cada interlocutor, informa el Instituto Nacional de Desordenes Neurológicos de Estados Unidos.
"Los que sufren prosopagnosia pueden distinguir los elementos individuales de la cara como la nariz, orejas o boca, mas no dichos elementos como un conjunto", Ken Nakayama, profesor de la Universidad de Harvard.


Dra. Carolina Garcia 

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