lunes, 4 de junio de 2012

Evita los peores habitos Femeninos. Cool




En general, los peores hábitos de las mujeres son errores comunes pero son francamente nocivos para tu salud, así que aplícate el cuento y trata de tomar medidas al respecto.
 Beber como un chico. No es por ser machista, pero si te pones al nivel de tu pareja e intentas seguir su ritmo acabarás fatal. No es sólo una cuestién de peso y/o tamaño, es que el cuerpo femenino es menos tolerante al alcohol y el organismo tarda más en diluirlo lo que significa que las mujeres son más propensas a emborracharse rápidamente.   Para minimizar los riesgos, trata de mantenerte dentro de las pautas recomendadas para el consumo de alcohol y alterna las copas con agua o refrescos. 


Cargar con bolsos muy pesados. Con la proliferación de gadgets y accesorios los bolsos han ido aumentando de tamaño y peso hasta límites insospechados. Lo peor es que no nos damos cuenta y como los resultados no son instantáneos pensamos que no pasa nada. Pero antes o después ese exceso de peso te pasará factura. Puedes acabar adoptando por sistema una postura antinatural, caminando torcida, con un hombro más bajo que otro, con tirones de cuello o dolor de espalda. Para minimizar los daños, haz una limpieza semanal y desecha todo lo que no usas. Además, acostúmbrate a llevar modelos mini o midi para no llenarlos tanto.
Comer por impulsos. Utilizar la comida como un medio para sentirte satisfecho es algo común a ambos sexos, pero las investigaciones sugieren que los hombres son más propensos a reforzar las emociones positivas con la comida, mientras que las mujeres se consuelan comiendo cuando están tristes. Además, las mujeres satisfacen sus antojos con dulces y alimentos ricos en calorías. La próxima vez que estés de bajón intenta distraerte haciendo algo divertido como  bailar o hacer ejercicio. 

Llevar tacones. Usarlos a diario puede acarrear graves consecuencias para tu salud. Afectan a la postura, aumentando la presión sobre la espalda y las articulaciones de las piernas y derivando en patologías diversas como artritis, dedos martillo (deformidad de un dedo del pie, en la cual el extremo de dicho dedo está doblado hacia abajo), dolor de espalda y lesiones en el tendón. Para minimizar los daños, utiliza zapatos que no superen los cinco centímetros para uso diario, y ponte plantillas para ayudar a reducir la presión sobre las articulaciones. 

 
Dormir con el maquillaje.
 Irse a la cama sin haberse limpiado la cara es lo peor que puedes hacerle a tu piel. Si quieres levantarte con un rostro descansado y luminosos no lo hagas jamás. Dejar que tu cutis duerma con restos de los productos que te has ido aplicando durante el día más la suciedad acumulada por el contacto con el ambiente es un auténtico sacrilegio. Es el modo más rápido de obstruir los poros, congestionar la piel y favorecer las manchas. Además, dormir con el rimel y el maquillaje de ojos también puede afectar a tu salud al provocar irritaciones, ojos inyectados en sangre e incluso una infección.




Dormir poco. No descansar lo suficiente tiene repercusiones negativas a todos los niveles. Según las estadísticas, los trastornos del sueño afectan a más mujeres que hombres, mientras que un estudio realizado por la Universidad de Michigan encontró que las mujeres tienen más del doble de probabilidades de dejar de dormir para cuidar a otros. La falta de sueño empeora la presión arterial, la salud cardiovascular, el humor y además engorda así que organízate para sacar tiempo y conseguir una noche de sueño reparador.
Ponerte siempre en último lugar. No sólo las mujeres son más propensas a comprometer sus hábitos de sueño para cuidar a los niños y otras personas, también sacrifican sus propios deseos y necesidades poniéndolos al final de la lista de tareas pendientes. Aprende a decir no a las peticiones y compromisos que sean menos importantes y asegúrate de que dedicas algo de tiempo para ti cada semana.

 Equivocarte en la talla de sujetador.
 El 80 por ciento de las mujeres no lleva su talla, y las consecuencias van más allá de que lo que piensas. A simple vista dejará marcas en la piel e impedirá que respirés bien, pero también será la causa de tu dolor de espalda, cuello y  pecho, puede generar problemas circulatorios e incluso hacer que padezcas el síndrome del intestino. Para minimizar los riesgos, mide bien tu contorno y antes de comprarte cualquier modelo consulta con la dependienta para que te asesore.




 Preocuparte por todo. El estrés es perjudicial para nuestra salud física y mental, y las mujeres son dos veces más propensas que los hombres a sufrirlo, junto con los trastornos relacionados, así como a tener mayores tasas de depresión y ansiedad. Así que cambia de chip y ponte en modo zen. Y por supuesto, deja de lamentarte por todo lo malo que te ha pasado, como los amores perdidos y las relaciones rotas. ¡Mira hacia adelante y sé positiva!
Obsesionarte por tu aspecto. Es difícil no hacerlo por la presión social a la que se somete a las mujeres. Si bien ambos sexos sufren  inseguridad debido a los 'defectos' de su cuerpo, muchas mujeres tienden a obsesionarse con conseguir el peso ideal o el cuerpo "perfecto".
Un estudio publicado en la revista Obstetrics & Gynecology reveló que el 16 por ciento de las mujeres normales o de bajo peso creían tener sobrepeso, mientras que otro estudio realizado por Dove concluyó que el 90 por de las mujeres quería cambiar al menos una cosa de aspecto. La distorsión del propio cuerpo y la obsesión por la delgadez puede conducir a daños físicos causados por las dietas extremas, dietas yo-yo, trastornos de la alimentación y la adicción a la  cirugía estética.
Dra. Carolina garcia.

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