Lo principal a la hora de alimentar al bebé es respetar los aportes de leche infantil y de crecimiento. Es importante no diversificar demasiado pronto ni demasiado tarde la alimentación. Además, debe prestarse atención a la carencias, más frecuentes que los excesos.
No retirar la leche infantil demasiado pronto
“Muchos padres retiran la leche infantil de la dieta demasiado pronto”, estima Tounian. “Hasta los 10 o 12 meses, un niño debe tomar tres biberones de leche infantil o tres tetas al día, de un total de cuatro comidas que debe hacer”.A partir del sexto mes, el niño debe alimentarse con leche de continuación. “Es indispensable sustituir la leche de continuación por la de crecimiento a partir del año de edad y hasta los tres años por lo menos”, agrega Tounian. La leche permite cubrir los aportes de hierro necesarios, que no pueden cubrirse de otra manera.
Si el niño no quiere tomar leche de crecimiento, hay que darle carne, pescado o dos huevos dos veces al día, con el fin de que consuma la cantidad de hierro recomendada. “Un error alimentario grave consiste en reemplazar la leche por leches vegetales (de soja, almendra…). Este tipo de leches sustitutivas no están adaptadas y comportan importantes carencias de hierro, calcio, proteínas e incluso calorías”, alerta el médico.
No diversificar la dieta ni muy pronto ni muy tarde
“La diversificación alimentaria debe hacerse entre los cuatro y los seis meses, ni antes ni después”, afirma Tounian. En efecto, una diversificación demasiado precoz comporta el riesgo de que haya carencias de calcio, hierro y ácidos grasos esenciales. Tampoco es bueno diversificar demasiado tarde. “Algunos trabajos recientes muestran que diversificar la dieta pasados los seis meses podría aumentar el riesgo de manifestaciones alérgicas”, explica el pediatra. Esto también vale para los alimentos que más alergia producen: los huevos, el pescado, las frutas exóticas y los frutos secos, los cuales “deben introducirse en pequeñas dosis a partir de los cuatro o seis meses, para que se asimilen de manera natural”. El gluten tampoco debe introducirse demasiado tarde, lo ideal es hacerlo a partir de los cuatro o los siete meses. “Pasados los cuatro meses hay que empezar a utilizar harinas con gluten”, recomienda Tounian.Cuidado con las carencias
Se suele hablar mucho de los excesos en la dieta del bebé, en particular de la sal y el azúcar. Pero el doctor Tounian recuerda que el principal problema son las carencias. Por eso, siempre prestando atención a las cantidades, es importante que el niño reciba una alimentación que contenga sal. “Lo mismo sucede con el azúcar, que no tiene efectos perniciosos si se consume con moderación”, subraya el médico. “Poner algo de azúcar en una compota o en un petit-suisse puede ser útil si sirve para mejor el consumo de esta sustancia”, insiste Tounian. En cambio, “darle al niño muchos productos azucarados conlleva carencias indirectas a causa del consumo de alimentos poco nobles, que no contienen hierro ni calcio”. Por último, el consumo de carne es importante por sus aportes de hierro. “Un niño debe comer carne dos veces al día”. Y no hay que temer el exceso de proteínas, ya que “ningún estudio científico serio permite afirmar que el exceso de proteínas sea nocivo para la salud; consumir menos es simplemente una cuestión de precaución”, agrega el doctor.Los cinco principios de base
- Asegurar los aportes de hierro, gracias a la leche infantil y a la de crecimiento y después con un consumo suficiente de carne.
- Asegurar los aportes de calcio gracias al consumo de productos lácteos durante cada comida.
- Asegurar los aportes en ácidos grasos esenciales mediante aceites vegetales diversos y pescado, que debe comerse una o dos veces por semana para recibir omega 3 y tener un buen equilibrio entre el omega 3 y el 6.
- Diversificar la alimentación: el niño debe comer de todo. “Si se le propone un poco de todo, el niño regulará él mismo el consumo”.
- No olvidar la noción de placer: “Una vez que los cuatro principios
anteriores se han cumplido, el niño deber poder disfrutar comiendo”. No
hay que privarle de bombones ni de bebidas azucaradas.
Dra. Carolina Garcia
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