Muchas de las cosas que haces o sientes en el embarazo llegan a tu
hijo y le provocan sensaciones placenteras. Pero también hay algunas que
le desagradan.
Aunque aún queden varios meses para que nazca, tu hijo ya tiene muchas
cosas que decirte. Si pudieras verle todo el rato descubrirías que
utiliza el lenguaje corporal y las reacciones fisiológicas para
explicarte a su modo qué le gusta y qué no. ¿Quieres saber lo que más le
agrada?
Que tomes algo dulce
Desde el cuarto mes el bebé es capaz de distinguir diferentes sabores
del líquido amniótico, que varían en función de tu dieta. “El aprecio
por los gustos dulce y salado es innato; pero el amargo y ácido no”,
explica José Antonio Martínez Orgado, neonatólogo del Hospital
Universitario Puerta de Hierro de Madrid.
Por eso cuando comes algo dulce, traga rápidamente el líquido amniótico,
mientras que si tomas un cítrico, cierra su boquita. Además, “en el
feto las fosas nasales están llenas de líquido amniótico y muchas de las
respuestas del recién nacido pueden ser más por el recuerdo de ciertos
olores, no sólo sabores”, asegura Martínez Orgado. De hecho, un estudio
demostró que los niños cuyas madres tomaban diariamente zumo de
zanahoria en el tercer trimestre aceptaron mejor ese sabor cuando se les
ofreció de lactantes.
Que escuches música
A partir de la semana 16, el futuro bebé puede oír bastante bien,
especialmente las frecuencias bajas. Cuando la madre escucha
rutinariamente las mismas piezas musicales, el feto aprende a
reconocerlas, lo que le da tranquilidad durante el embarazo y después de
nacer.
No es necesario que te coloques los cascos en la tripa, basta con que te
sientes unos minutos al día a escuchar música. Pero no elijas piezas
estridentes o muy fuertes, ya que podrían producir el efecto contrario.
Que acaricies tu tripa
El sentido del tacto es el primero que se desarrolla dentro del útero.
Desde la semana octava tu hijo experimenta sensaciones en la zona de la
boca y poco a poco esta sensibilidad se va extendiendo a las palmas de
las manos, las plantas de los pies, la tripita y el culete, hasta que en
la semana 32 está totalmente desarrollada.
Si acaricias tu tripa ejerciendo una suave presión, tu hijo responderá a
ese estímulo, al principio apartándose y más adelante siguiendo tu mano
e incluso dando pataditas.
Que le hables
A diferencia de la música, el sonido de tu voz (lo que más escucha tu
hijo en la etapa intrauterina, junto a tu latido cardiaco) se transmite
directamente por el cuerpo a través de la columna vertebral sin
interferencias. Y a partir de la semana 27 el bebé aún no nacido es
capaz de reconocerla.
En un estudio de la universidad canadiense de Queen hicieron que el feto
escuchara grabaciones con diferentes voces, y comprobaron que su ritmo
cardiaco aumentaba al escuchar la de su mamá y disminuía ante las demás.
Que te relajes
Hazlo con técnicas como el yoga, que ayuda a que el útero mantenga bien
su espacio debido a una mejor postura de la madre y que además aumenta
el aporte de oxígeno al feto. O simplemente dedicando un ratito cada día
a estar tranquila, pensando en tu hijo e incluso visualizándolo. Es una
manera de empezar a comunicarte con él y transmitirle tranquilidad.
Dra. Carolina Garcia.
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