lunes, 2 de enero de 2012

Los Cazadores De Auroras Cool !

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Los "cazadores de tormentas" son unos tipos intrépidos que buscan torbellinos y hasta huracanes. Pero en el Círculo polar ártico no faltan aventureros: los cazadores de auroras van a toda velocidad de un lado a otro en pos de las mejores vistas de la aurora boreal.
"¡La semana pasada vimos una que tenía todo: espirales, cortinas, lazos, verdes y rojos… todo el cielo se iluminó! Estábamos asombrados viendo lo que se estaba desplegando frente a nosotros", le cuenta a la BBC Andy Keen.


Hace cinco años dejó su trabajo dirigiendo una organización de caridad británica para irse a Ivalo, una remota población en el norte de Laponia, Finlandia, a 68º de latitud, 2º sobre el círculo polar ártico.


"Vi un documental en televisión sobre la aurora boreal y me fui allá a verla. Ahora soy un adicto absoluto".
La firma de Keen, Aurorahunters, ahora lleva a siete turistas a la semana en viajes en el Ártico salvaje a buscar auroras boreales.


"La razón por la que escogí este lugar es porque la población es escasa, hay poca polución de luz o ruido y es un territorio perfecto para cazar auroras", explica.


Una dama complicada


Hay compañías similares operando en otros lugares de Finlandia y la vecina Noruega, donde el sitio web oficial de turismo describe a la aurora como "una dama complicada".








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"Uno nunca sabe cuándo se va a molestar en aparecer. Es una diva que te deja esperando"






Sitio oficial de turismo noruego[/indent]


"Uno nunca sabe cuándo se va a molestar en aparecer. Es una diva que te deja esperando", agrega.


Pero los cazadores de auroras como Keen son impacientes: persiguen a la diva en vez de sentarse a esperar que ella venga a donde están.


Eso implica estudiar mapas para encontrar cielos claros.


"Nos fijamos en toda la información sobre el clima. Chequeamos los informes sobre la nubosidad, mirando el movimiento de las nubes, su densidad. Señalamos lugares en los que nos parece que en un momento particular habrá un hueco en la nube".


Tras seleccionar la ubicación, Keen y su grupo se montan en minibuses y se internan en tierras salvajes, a veces llevando trineos halados por perros esquimales para alcanzar la áreas más remotas.


A menudo ven rastros de osos y alces y se han aventurado hasta el Océano Ártico.


Todo para llegar al sitio ideal para ver la aurora boreal, cuyo nombre viene de la diosa romana del amanecer –Aurora- y el nombre griego para el viento del norte, Boreas.


No obstante, es el viento solar, no el del norte, el factor determinante.


Manchas solares




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"El proceso que provoca las auroras es similar al de una luz de neón", explica Joseph M. Kunches, científico espacial del Centro de Predicción del Clima del Espacio de EE.UU., parte de la Asociación Oceánica y Atmosférica Nacional (NOAA).


"Lo que sucede es que un electrón interactúa con los átomos neutrales y causa la emisión de luz de diferentes colores. Lo que pasa cuando la aurora se ilumina es que partículas que empiezan en el Sol -la mayoría de ellas, electrones- son traídas a la Tierra por los vientos solares y guiadas por los polos magnéticos terrestres".


"Cuando esas partículas interactúan con la atmósfera de la Tierra, excitan moléculas que ya están ahí y emiten luz", añade.


"El color de esa luz depende de cuales gases de los presentes en la atmósfera de la Tierra están siendo excitados: oxígeno, nitrógeno y otros. Entre más fuerte el viento solar, más brillantes las auroras".


La fuerza del viento solar crece o disminuye de acuerdo con el número de manchas solares y tiene ciclos.


Los cazadores de auroras van a deleitarse en los años próximos, según Kunches, pues "la actividad solar tiende a aumentar rápidamente cada 11 años más o menos. Según nuestras predicciones, estamos a punto de entrar –en 2012 y 2013- en una nueva ola de actividad intensa. Eso se traduce en auroras más frecuentes", pronostica, en conversación con la BBC.


La actividad solar afecta al Polo Sur de la misma manera, pero como en este momento es verano allá, "está bañado de luz durante 24 horas al día, de manera que no se puede ver", apunta Kunches.


En el norte, la aurora puede verse desde Escandinavia, Rusia, América del Norte y el norte de Escocia.


Una corona de luz


En Finlandia, el fotógrafo Martti Rikkonen está brillando los lentes de su cámara en su hogar en Inari, en el norte de Lapland.




Cómo fotografiar la Aurora Boreal
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1. Tome un trípode resistente. Y asegúrese de que es alto, pues va a pasar mucho tiempo mirando hacia arriba.

2. Utilice un objetivo gran angular, capaz de dejar entrar un montón de luz, apertura mínima F/2.8.

3. Si el objetivo es F/2.8, ponga la cámara en ISO 800 y la velocidad de obturación de entre 8 y 15 segundos.

4. Use un interruptor remoto. No tocar la cámara significa menos posibilidades de vibración.

5. Mantenga las pilas cerca de la piel, para mantener el calor.


Dice que es un día bastante templado en Inari: la temperatura apenas está a -5ºC y sólo hay 25cm de nieve.
"Podría hacer mucho más frío", señala.


Rikkonen cuenta que los finlandeses están acostumbrados a las auroras boreales.


"Para mucha gente no son nada especial pues ocurren tan a menudo. Se pueden ver aquí, cuando está claro, unas 200 noches al año. Pero cuando son buenas, todo el mundo se interesa pues hay tanto color que son fantásticas".


Tiene vívidos recuerdos de una noche. "Sabía que algo especial estaba ocurriendo pues había tanta luz. Salí y vi una corona de luz, en lo alto del cielo, viniendo de todas las direcciones. De hecho, eran dos coronas. Roja y verde. Sólo he visto eso una vez y fue muy especial".


Rikkonen dice que trató de tomar fotos de lo que estaba viendo ese día pero los resultados lo desilusionaron. "No se podía captar en una foto. Cubría todo el cielo".


Pero en otras ocasiones, Rikkonen ha tomado muchas fotografías de auroras que no lo han decepcionado.


Cielos claros



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Como Joseph Kunches del NOAA, Andy Keen también ve un futuro brillante en las auroras de 2012.
"En los primeros meses del año hay cielos realmente claros", asegura.


Para entonces, la mayor parte de las nieve ha caído, así que hay menos nubes de nieve.
Hay algo semejante a los sueños en estos impredecibles espectáculos resplandecientes.
Hay gente que alberga el deseo de verlos durante años.


Y diciembre es una época popular para realizar el sueño, ha notado Keen, pues las noches polares, las auroras y lo festivo de la época hace que sea una "experiencia romántica".

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