Esta zona del cuerpo puede ver comprometida su forma debido a la vida sedentaria, los cambios bruscos de peso, la genética y el envejecimiento. Todos esos factores repercuten sobre los tejidos, la piel, los músculos y la grasa de los glúteos, comprometiendo poco a poco la forma redonda y firme del trasero con que soñábamos.
Poner remedio al mal es difícil, por eso reitero aquello de que es mejor evitar, o al menos, posponer. Para empezar, sería bueno habituarnos a frotarnos diariamente los glúteos con un guante de crin en movimientos ascendentes para estimular la circulación, oxigenar los tejidos y suavizar la piel.
La exfoliación, esa que te retira las células muertas y te prepara la piel para optimizar los beneficios las cremas hidratantes y anti celulíticas, debes realizarla dos veces por semana
Ejercicios para las nalgas
Por último, incorpora esta rutina física a tu ajetreo diario y habrás ganado una buena parte de la batalla:
1- Sube y baja escaleras con la punta de los pies.
2- Siempre que puedas camina pendiente arriba, no importa la hora ni el tiempo que tardes.
3- De pie, contrae los músculos de los glúteos, cuenta hasta 10 y relaja. Repite 10 veces seguidas, varias veces al día.
4- Ponte de rodillas con las manos apoyadas en el suelo, la espalda recta y la cabeza levantada. Intenta mirar al techo y a la vez eleva una pierna, flexionada en forma de "L". Cuenta hasta 10 y luego relaja. Repite 30 veces, alternando la pierna derecha y la izquierda.
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