Si eres de
las mujeres que pueden no sólo tener uno, sino varios orgasmos sin
hacer demasiado esfuerzo, entonces déjame decirte: eres una afortunada.
Sin embargo, no a todas las mujeres les ocurre, y llegar al orgasmo es
una carrera de alto riesgo.
Incluso aquellas mujeres que se masturban y alcanzan el clímax sin dificultad a solas, pueden tener problemas para tener un orgasmo grande y placentero con su pareja. Pero de ello no tiene la culpa nadie, en ocasiones puede ser un mal acoplamiento de la pareja para tener sexo, pero todo ello se puede arreglar, por suerte.
En el hombre es, por supuesto, el pene quien provee a la mujer la mayor cantidad de placer. Gracias a él podemos o no tener gran estimulación.
Las mujeres, ya se sabe, tenemos al clítoris como el gran proveedor de orgasmos. Si se reúne con el punto G el éxtasis puede ser mayor, pero sin duda un buen manejo del clítoris puede ser suficiente para tener un buen (o varios) orgasmos intensos.
Por eso el clítoris, léase, escúchese a todo lo alto de este blog, es de suma importancia. Y algunas posiciones sexuales no permiten que éste sea tocado, por ello aquí una serie de posiciones ideales para que ella alcance el orgasmo.
Texto cortesía www.de10.mx
La posición del gato. Básicamente se trata de una postura cara a cara, pero el hombre está en una posición más alta de lo que estaría regularmente cuando hace la del “misionero”, para que sus hombros y la cabeza estén algunos centímetros más arriba de lo normal en la cama. Esto es para que el pene no llegue hasta el fondo de la vagina.
Él tiene que penetrar muy vigorosamente, y el tallo o base del pene que entra y sale con fuerza, debe tocar el clítoris y así producir grandes sensaciones. Muchas parejas encuentran que no puede empujar mucho en esta posición pues ella debe estar casi sentada y puede ser un poco incómodo.
La posición libre como el aire. El hombre se recuesta sobre su espalda. La mujer se coloca al otro lado y se sienta en su pene. Luego, a su propio tiempo, poco a poco ella se baja a fin de que con el pene dentro de ella, su espalda se recueste sobre el pecho de su pareja. La mujer puede sentirse genuinamente ligera y cualquiera de los dos puede tocar el clítoris con facilidad.
La posición de clip. Esta es una posición muy buena si te sientes nervioso por tocar el clítoris con mano propia. Recuéstate boca abajo y él se coloca boca abajo también, pero encima de ti. Luego, él te penetra por detrás. Pero debido a que están sobre la cama, se obtienen sensaciones muy diferentes a cualquier posición, como la de perrito por ejemplo. Y tú puedes tocar tu propio clítoris con tu mano. Muchas mujeres que nunca han tenido un orgasmo dicen que lo lograron con esta posición.
La cucharita. En esta posición ella se acuesta de lado y él la penetra por detrás como si fueran dos cucharas colocadas una al lado de otra en un cajón. Aunque muchas mujeres dicen que no les gustan las posiciones de lado porque no pueden tener orgasmos tan fácilmente, la ventaja aquí es que cualquiera de los dos puede frotar el clítoris y tocarse. Aquí, ninguno de los dos debe soportar el peso del otro.
Incluso aquellas mujeres que se masturban y alcanzan el clímax sin dificultad a solas, pueden tener problemas para tener un orgasmo grande y placentero con su pareja. Pero de ello no tiene la culpa nadie, en ocasiones puede ser un mal acoplamiento de la pareja para tener sexo, pero todo ello se puede arreglar, por suerte.
En el hombre es, por supuesto, el pene quien provee a la mujer la mayor cantidad de placer. Gracias a él podemos o no tener gran estimulación.
Las mujeres, ya se sabe, tenemos al clítoris como el gran proveedor de orgasmos. Si se reúne con el punto G el éxtasis puede ser mayor, pero sin duda un buen manejo del clítoris puede ser suficiente para tener un buen (o varios) orgasmos intensos.
Por eso el clítoris, léase, escúchese a todo lo alto de este blog, es de suma importancia. Y algunas posiciones sexuales no permiten que éste sea tocado, por ello aquí una serie de posiciones ideales para que ella alcance el orgasmo.
Texto cortesía www.de10.mx
La posición del gato. Básicamente se trata de una postura cara a cara, pero el hombre está en una posición más alta de lo que estaría regularmente cuando hace la del “misionero”, para que sus hombros y la cabeza estén algunos centímetros más arriba de lo normal en la cama. Esto es para que el pene no llegue hasta el fondo de la vagina.
Él tiene que penetrar muy vigorosamente, y el tallo o base del pene que entra y sale con fuerza, debe tocar el clítoris y así producir grandes sensaciones. Muchas parejas encuentran que no puede empujar mucho en esta posición pues ella debe estar casi sentada y puede ser un poco incómodo.
La posición libre como el aire. El hombre se recuesta sobre su espalda. La mujer se coloca al otro lado y se sienta en su pene. Luego, a su propio tiempo, poco a poco ella se baja a fin de que con el pene dentro de ella, su espalda se recueste sobre el pecho de su pareja. La mujer puede sentirse genuinamente ligera y cualquiera de los dos puede tocar el clítoris con facilidad.
La posición de clip. Esta es una posición muy buena si te sientes nervioso por tocar el clítoris con mano propia. Recuéstate boca abajo y él se coloca boca abajo también, pero encima de ti. Luego, él te penetra por detrás. Pero debido a que están sobre la cama, se obtienen sensaciones muy diferentes a cualquier posición, como la de perrito por ejemplo. Y tú puedes tocar tu propio clítoris con tu mano. Muchas mujeres que nunca han tenido un orgasmo dicen que lo lograron con esta posición.
La cucharita. En esta posición ella se acuesta de lado y él la penetra por detrás como si fueran dos cucharas colocadas una al lado de otra en un cajón. Aunque muchas mujeres dicen que no les gustan las posiciones de lado porque no pueden tener orgasmos tan fácilmente, la ventaja aquí es que cualquiera de los dos puede frotar el clítoris y tocarse. Aquí, ninguno de los dos debe soportar el peso del otro.
Y ya lo saben chicos, no hay una manera correcta o incorrecta de tener relaciones sexuales con su pareja. Cada pareja tiene que experimentar lo que les toca para encontrar lo que les funciona de acuerdo con su caso muy particular.
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