¿Te has fijado bien en la mirada de un niño? ¿En su transparencia? ¿En el amor
que emana de ella? Los niños son capaces de amar todo, de admirar lo más
simple, desde una hormiga arrastrando una hojita, hasta una nube con formas.
Para un niño cualquier cosa es mágica, cualquier momento presente es eterno, el
amor es su estado natural.
Ser
niño es una sola vez en la vida, por lo tanto no se lo arruines a tus hijos.
Que jueguen, que exploren, que sueñen, que sean ellos. No los reprendas por lo
que diga tu familia, tus vecinos o mucho peor, los extraños.
“No
lo maltrates, este tipo de trabajos no es para ellos”.
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