La
anécdota de la espada de Damocles, pese a que muchas veces se toma como
parte de la mitología griega, en realidad se cree que es una leyenda
popular de la que se hizo eco Cicerón tras leerla del historiador griego
Diodoro Sículo, que a su vez se cree que la tomó de Timeo de
Tauromenio.
I: “La espada de Damocles” por Richard Westall (1812)
Damocles
era un cortesano en el palacio de Dionisio II, el rey que gobernaba
Siracusa en el siglo IV a.C. Como muchos otros miembros de la corte,
Damocles halagaba constantemente al rey, con la esperanza de que éste le
diera una posición de más poder en la corte.
Un día Damocles hablaba con el rey, y le dijo lo que envidiaba su posición:
Como hombre de poder y autoridad rodeado de magnificencia, eres un hombre verdaderamente afortunado
Al escuchar estas palabras, Dionisio no dudó en ofrecerle un trato:
Damocles, dado que esta vida te deslumbra, ¿querrías saborearla por ti mismo durante un día para así juzgar la realidad de tus palabras?
Sin dudarlo un instante, Damocles aceptó el trato.
Al
día siguiente, Damocles desde primera hora ocupó la posición del rey,
mientras Dionisio y el resto de cortesanos lo atendían como si de
cualquier otro día se tratase. Llegando el día a su fin, mientras estaba
tomando la cena, Damocles alzó la vista para observar la pesada espada
desnuda que tenía sobre la cabeza, cuando se percató de que pendía de
una crin de caballo. En ese momento Damocles sufrió un ataque de pánico,
ante el cual, Dionisio reaccionó calmándolo.
Damocles
preguntó a Dionisio por la razón por la cual una espada tan pesada
colgaba de algo tan frágil. El rey le explicó que la espada sobre su
cabeza representaba lo que realmente es el poder. Desde la distancia, el
poder es una cosa deseada por muchos por ser una situación de
privilegio, en la que al estar por encima de los demás te sientes único.
Pero cuando uno se acerca a esa situación de poder, puede observar sin
problemas el peligro que ostenta esa posición.
II: “La espada de Damocles” por Antonie Dubost
Esta
leyenda se ha transformado con los años en parte de la cultura popular,
utilizándose para hacer referencia a la inseguridad presente en todas
las personas que poseen un gran poder, así como la fragilidad de su
cargo. No sólo la inseguridad causada por la posibilidad de perder la
posición, sino también los posibles daños colaterales que muchas veces
son imprevisibles.
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