Te sientes frustrada
porque tu nombre no se escucha en reuniones, o impotente al ver cómo
otros siempre terminan recibiendo el reconocimiento de tu esfuerzo? Ya
sea intencionalmente o por un error honesto cometido por causa del
ajetreo laboral diario, colegas y jefes
en muchas ocasiones pueden llegar a llevarse el crédito de tu arduo
trabajo y tus brillantes ideas, opacando tus contribuciones e
impidiéndote brillar.
Sin embargo, es importante recordar que para crecer en tu empleo, no sólo tienes que hacer bien tu trabajo, necesitas asegurarte además de ser parte del éxito de tu compañía. Conoce qué puedes hacer ante esta situación:
Atrévete a hablar en público: En ocasiones no nos atrevemos a compartir nuestras propuestas en grupo por no estar seguros si son suficientemente buenas, y se las terminamos entregando a nuestros colegas o jefes pensando que es la mejor manera de canalizarlas. Sin embargo, pronto nos percatamos de que en ocasiones son ellos mismos quienes luego las presentan a otros como si fueran suyas.
Si tienes una idea que piensas que puede funcionar, espera a la próxima reunión de equipo para exprésala, de esta manera todos los presentes sabrán quién la trajo a la mesa. Asimismo, si lo amerita, cuando envíes un correo electrónicp, copia a todas las personas que entiendas deben ser parte del mismo, el ponerlo por escrito te podrá servir como evidencia.
Prepárate bien: La persona que inventa la idea, hace la búsqueda y prepara la presentación, definitivamente sabrá más sobre el trasfondo de la propuesta, que aquella que simplemente se para a leerla. Si es parte de tu trabajo el crear las presentaciones, pero es tu supervisor o colega el que termina presentándolas a otros y por lo general nunca te da el crédito, ve preparada para responder preguntas al final de la reunión.
Asegúrate de no añadir toda la información en el documento, así sólo tú podrás ofrecer datos e información adicional, de ser requerida. Además, puedes tomar un momento para explicar de dónde salieron algunos puntos, o qué expertos y servicios adicionales podrían perfeccionar el plan.
Conversa con tus superiores: Si la situación se está tornando insoportable, y piensas que platicar con tu jefe o ir directamente hacia la persona que lo/la supervisa puede resultar beneficioso, no dudes en conversar con él o ella sobre cómo te sientes. En la mayoría de los casos te sorprenderás de saber que tu trabajo no ha pasado desapercibido y es muy apreciado. Además, qué mejor recompensa que escuchar directamente de la persona que te evalúa, cuán valioso es tu esfuerzo para la empresa.
Escoge tus batallas: Aun cuando puede resultar incómodo el no recibir el crédito de tu trabajo, también es importante que aprendas a dejar pasar ciertas cosas y no esperar reconocimiento por todo lo que haces. De esta manera no terminarás sintiéndote decepcionada constantemente.
Sé sabia a la hora de escoger cuáles batallas deseas luchar, y en cuáles proyectos tu nombre debe ser mencionado. Tampoco quieres proyectarte como una persona que está a la defensiva en todo momento o hacer disgustar a tus compañeros o superiores por llevar una actitud negativa o pesimista hacia ellos. Recuerda que al final del día tu prioridad no es ser reconocida sino hacer tu trabajo adecuadamente, y destacarte como un miembro excelente e indispensable de tu equipo.
Sin embargo, es importante recordar que para crecer en tu empleo, no sólo tienes que hacer bien tu trabajo, necesitas asegurarte además de ser parte del éxito de tu compañía. Conoce qué puedes hacer ante esta situación:
Atrévete a hablar en público: En ocasiones no nos atrevemos a compartir nuestras propuestas en grupo por no estar seguros si son suficientemente buenas, y se las terminamos entregando a nuestros colegas o jefes pensando que es la mejor manera de canalizarlas. Sin embargo, pronto nos percatamos de que en ocasiones son ellos mismos quienes luego las presentan a otros como si fueran suyas.
Si tienes una idea que piensas que puede funcionar, espera a la próxima reunión de equipo para exprésala, de esta manera todos los presentes sabrán quién la trajo a la mesa. Asimismo, si lo amerita, cuando envíes un correo electrónicp, copia a todas las personas que entiendas deben ser parte del mismo, el ponerlo por escrito te podrá servir como evidencia.
Prepárate bien: La persona que inventa la idea, hace la búsqueda y prepara la presentación, definitivamente sabrá más sobre el trasfondo de la propuesta, que aquella que simplemente se para a leerla. Si es parte de tu trabajo el crear las presentaciones, pero es tu supervisor o colega el que termina presentándolas a otros y por lo general nunca te da el crédito, ve preparada para responder preguntas al final de la reunión.
Asegúrate de no añadir toda la información en el documento, así sólo tú podrás ofrecer datos e información adicional, de ser requerida. Además, puedes tomar un momento para explicar de dónde salieron algunos puntos, o qué expertos y servicios adicionales podrían perfeccionar el plan.
Conversa con tus superiores: Si la situación se está tornando insoportable, y piensas que platicar con tu jefe o ir directamente hacia la persona que lo/la supervisa puede resultar beneficioso, no dudes en conversar con él o ella sobre cómo te sientes. En la mayoría de los casos te sorprenderás de saber que tu trabajo no ha pasado desapercibido y es muy apreciado. Además, qué mejor recompensa que escuchar directamente de la persona que te evalúa, cuán valioso es tu esfuerzo para la empresa.
Escoge tus batallas: Aun cuando puede resultar incómodo el no recibir el crédito de tu trabajo, también es importante que aprendas a dejar pasar ciertas cosas y no esperar reconocimiento por todo lo que haces. De esta manera no terminarás sintiéndote decepcionada constantemente.
Sé sabia a la hora de escoger cuáles batallas deseas luchar, y en cuáles proyectos tu nombre debe ser mencionado. Tampoco quieres proyectarte como una persona que está a la defensiva en todo momento o hacer disgustar a tus compañeros o superiores por llevar una actitud negativa o pesimista hacia ellos. Recuerda que al final del día tu prioridad no es ser reconocida sino hacer tu trabajo adecuadamente, y destacarte como un miembro excelente e indispensable de tu equipo.
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